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Presumir de buen perro

Una buena educación al cachorro sienta las bases fundamentales para tener un perro de carácter equilibrado. El lugar para que te asesoren de cómo criar a tu cachorro y qué pautas darle es la clínica veterinaria. Lee en esta web los consejos que te damos para su etapa de socialización.

Todos nosotros sentimos ternura cuando el cadillo recién llegado al hogar nos hace carantoñas y mordisquea, poco más adelante esos dientecitos como alfileres se comen nuestras zapatillas de casa, y el perrillo luego comienza a pedir en la mesa y finalmente a subirse al mejor sofá de la casa. Esta situación hipotética no está tan alejada de la realidad, es algo cotidiano para el veterinario atender consultas de comportamientos anómalos de las mascotas.

Para prevenir los comportamientos extraños y agresividades de los adultos hay que tener en cuenta varios factores. Desde un primer momento en el que el cachorro llegue a casa, debemos marcar las pautas de lo que consideraremos correcto y lo que serán comportamientos inaceptables.


Izar y Andoni Larrazabal

Izar es una perra obediente y dócil, siempre pendiente de su amo. Siempre camina a mi vera, sin correa, se para en los pasos de cebra y si entro a un establecimiento me espera en la puerta sentada sin llorar ni mostrar angustia. Atiende a las órdenes, no es asustadiza y tiene claro su lugar jerárgico tanto en casa como en el parque, no es dominante y por lo tanto nunca provoca peleas. Para conseguir un perro equilibrado y educado hay que ser firme y perseverante desde que es un cachorro y, muy importante, que todos los miembros de la familia tengan claro las pautas a seguir, es decir, que no haya órdenes contradictorias. Supongo que al vaciarle también ha repercutido favorablemente a que sea tan dócil. Una cosa quiero que quede clara y es que nadie debe confundir firmeza con afecto. Yo no tengo hijos pero me imagino que tiene que ser algo parecido.

Todos los miembros de la familia tienen que estar de acuerdo en las decisiones tomadas, y ser consecuentes (no se puede intentar no dar de comer al animal comida de la mesa y que uno de los miembros de la familia le de por debajo). Habrá también que tener en cuenta la edad del animal para considerar los progresos que va haciendo, (es normal que al principio orine y defeque en casa) y finalmente ser pacientes y perseverantes, pero sobre todo duros ya que es muy difícil echarle la bronca y demostrar enfado a un adorable cachorrillo.

También tenemos que saber que para cuando el cachorro llega a nosotros ya ha recibido varios rapapolvos maternos, ella sí que sabe hacerse entender y en el momento que la molestaban, o mordían o incluso si comían de su cuenco, les gruñía un poco a modo de represalia.

Vamos a continuación a detallar algunos consejos útiles bastante generales pero que nos vendrán bien a la hora de manejar al cachorro los primeros meses de vida.

Con respecto a la comida: No se le darán vicios jamás, porque esto cría animales de apetito caprichoso, ni sobras de mesa que desequilibren su dieta. Recibirá su pienso en su cuenco. Al principio tienen que comer varias veces al día, pero poco a poco ellos mismos irán seleccionando dos tomas o incluso una. Los animales tienen que recibir su ración después de haber comido los propietarios, esto último refuérzala sumisión de la mascota con respecto al dueño.

El lugar de descanso, y de dormir del perro, tiene que estar en un sitio tranquilo, al abrigo de las corrientes y no se le debe molestar cuando está allí, pero tampoco tiene que castigársele llevándole a ese lugar, tiene que entender que no es un castigo estar allí. Este sitio será una manta o colchoneta para aislarle del suelo y nunca ocupará una posición elevada, ni sofás ni camas.

Cuando empecemos a sacar a pasear al perro, hay que enseñarle a andar junto a nosotros sin que tire de la correa, para esto lo mejor es un collar, no un arnés o un petral y darle algún tirón seco de la correa cuando tire, a la vez que se le da la orden "JUNTO" y sobre todo mucha paciencia, es un ejercicio que en el futuro evitará accidentes y aunque tarden un poco en aprenderlo, hay que armarse de paciencia, porque merece la pena.

Tenemos que conseguir que el animal atienda a la orden de venir de modo rápido y automático, en un futuro podrá evitarle peligros al cruzar carreteras. No es sencillo conseguirlo pero insistiendo mucho y con algún premio de por medio lo conseguiremos.

A veces todos estos consejos de golpe resultan abrumadores, y además parecen ser muy severos, todo ello no quita para que a los animales de compañía haya que tratarles con mucho respeto, no maltratarles nunca y darles muchos mimos que ellos sin duda nos devolverán con creces, pero hay que tener en cuenta que son seres de otras especies y que no entienden las charlas, sermones y largas explicaciones, necesitan recibir órdenes breves y concisas y saber perfectamente cuál es el lugar que ocupan en la casa. A esto ayuda el saber que cuando reciben una reprimenda por la causa que sea, esta debe ser inmediata al acto que la origina, no vale echarle la bronca después, y que con la inflexión de la voz más severa muchas veces es suficiente y sobre todo que cuando ponen 'carita de buenos' hay que permanecer firmes y ser coherentes, no se les deben hacer mimos inmediatamente después.

Hay que marcar perfectamente cuál es el lugar, dentro de la jerarquía familiar existente que ocupa el perro, son animales sociales, y al acogerlos en nuestro hogar nos convertimos en su "manada", sus jerarquías son lineales y tienden a establecer relaciones de dominancia con unos animales y de sumisión con otros y el objetivo que tienen es siempre llegar lo más arriba posible dentro del escalafón, esto es lo que pasa en la naturaleza pero dentro de nuestra casa el perro siempre debe ocupar el último lugar, el puesto menos dominante y más sumiso para que así no se generen problemas de agresividad que son el principal motivo de consulta con respecto a la conducta del perro. El perro nunca tiene que mandar, ni en el paseo ni respecto a los recursos principales, lugar de descanso o alimentos, porque si él considera que esta por encima de nosotros, esto podría originar problemas, enfrentamientos, gruñidos y quizá mordiscos, pero cuando el problema ya esta presente disponemos en Clínica Veterinaria IAS de programas de modificación de la conducta, que combinando una terapia medicamentosa, de manejo y a veces incluso quirúrgica pueden reencauzar al animal en un comportamiento adecuado.

     
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