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¿Tu perro ya no puede subir, de un salto, a ciertas alturas que antes podía? ¿Qué tal sube al coche? ¿Le cuesta encontrar postura, y se lo piensa cuando se va a tumbar? Quizás, los años y el peso sean uno de los motivos para esta pérdida de agilidad, pero en ningún caso tiene porque sufrir dolor.

La artrosis canina es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que es progresiva. Se caracteriza por la pérdida paulatina de cartílago articular y la fibrosis de la articulación. Esto provoca dolor e incapacidad para moverse. Su manejo debe ir enfocado hacia la instauración de medidas preventivas para evitar el dolor, mantener la función articular y así asegurar una buena calidad de vida de los animales.

En la actualidad, los tratamientos están basados en el control de peso, para no cargar las articulaciones; el control del dolor crónico con antinflamatorios de nueva generación -menos efectos secundarios para el tratamiento a largo plazo-; y la suplementación de la dieta con codroprotectores, esto es moléculas que nutren específicamente el cartílago articular engrosándolo. Estos últimos también aparecen en dietas específicas.

Toby y Mª José González

Toby ya tiene once años, es todo un viejecito. Desde cachorro ha sufrido de artrosis, además él es zambo, sus patas delanteras se le abren mucho, pero ahora además le duelen las traseras. Con la edad se le han ido pronunciado más sus problemas de artrosis, si llueve o hace más ejercicio de lo habitual le duele más. Sin embargo, con el tratamiento actual (que lleva desde que vivimos en Uribarri hace cuatro años) le va genial. Todos los días le damos su medicina para el dolor con una jeringuilla, y lo tenemos comprobado que si le dejamos de dar un par de semanas, Toby se resiente: se queja al cogerle, se lo piensa mucho al saltar o a subirse al sofá. Siempre digo que Toby más que un perro se parece a un gato porque tiene muchas vidas. Cuando era pequeño le diagnosticaron Lupus y estuvo a punto de irse al otro barrio intoxicado de tanta pastilla que tomo, incluso la veterinaria de aquel entonces nos recomendó que lo sacrificáramos; luego sufrimos un accidente de coche, salió despedido pero sólo se hizo un rasguño. A pesar de la artrosis, Toby siempre ha sido muy feliz, ha ido al monte, a la playa y ha corrido y saltado todo lo que ha querido.